domingo, 29 de marzo de 2009

Empezamos


Bienvenidos a la inauguración, pasen, acomódense y sírvanse su cerveza, no se muevan, silencio, comienza...


La evolución natural del portero automático pero con compromiso de temporalidad. No sé porque me fui, ni lo quiero pensar. El caso es que he vuelto un domingo, de lluvia, como no podía ser otro.

Y así sólo pienso en saltar bien arriba, saltar bien fuerte, que el agua salpique hasta lo más alto y esperar a ver si alguien se anima a meterse en todos los charcos conmigo.



Porque hasta la mayor de las ovaciones empieza por un aplauso solitario.